43 viviendas VPO del Águila-Alcatel

Planteamos un edificio grande y pequeño a la vez. Frente al gran vacío urbano de las vías del ferrocarril, actuamos en un solar de reducidas dimensiones (la mitad de la cuarta parte de las manzanas cuadradas de la trama del ensanche). Nos interesa proponer un edificio pequeño de gran escala, ¿tiene seis o dos alturas? Esta ambigüedad responde a la presencia urbana que la edificación debe tener en este entorno y a la escala doméstica que la arquitectura debe manifestar. Una pieza continua, plegada, define un contenedor (gran escala) en el que se introducen los paquetes funcionales de las viviendas (pequeña escala). La piel que ocupa el vacío delimitado por la cáscara del contenedor se estructura con un módulo de 3 x 0,9 m que alternativamente será ventana o panel de cerramiento. La combinatoria de las dos unidades dibuja un mosaico en la fachada, una vibración cromática bajo los efectos de la luz del sol. De lejos percibimos una composición de teselas delimitada por el contenedor, de cerca apreciamos la secuencia hueco-macizo. La complejidad escalar se convierte en el principal recurso para lograr la tensión adecuada que permite enfrentarnos a la problemática que se plantea en este emplazamiento.