Ampliación y reforma de la antigua fábrica de tabaco (Tabakalera)

Este espacio urbano-loggia de nueva creación es una pieza fundamental de este proyecto ya que, hablando en términos lúdicos, se trataría de la pieza clave para completar el “tres en raya” que da pie al lema de este concurso y que acabaría por relacionar, atravesando el edificio en una hipotética diagonal, las tres fichas en juego: el parque de Cristina Enea (y el barrio de Egia), Tabakalera y el sector del ensanche de la ciudad, situado al otro lado del río.

Este recorrido en diagonal, caso de efectuarlo por el interior del edificio, sería finalmente el que relacionase sus dos principales accesos: el actual, desde el paseo del Duque de Mandas y, a través de la calle principal y del patio del cuadrante noroeste (vaciado hasta el nivel del sótano), el de nueva creación que daría acceso a la ya citada loggia.

Por otro lado, tras el reconocimiento del valor arquitectónico y tipológico del edificio, el proyecto establece estrategias de mantenimiento y puesta en valor de sus características más representativas. De este modo, siempre hemos intentado mantener una máxima coherencia constructiva que permita minimizar las intervenciones estructurales en el edificio. Un volumen de vidrio de nueva planta se alzará sobre el cuerpo central del edificio en busca de las energías alternativas (placas fotovoltaicas), reforzando la imagen simétrica del edificio. Las dependencias de esta última y más significativa planta albergarán espacios de restauración de acceso público con fantásticas vistas sobre la capital, y de noche, se convertirá en un volumen de luz a modo de gran faro urbano.