Centro de Congresos de Murcia

En 2022 se celebraron con retraso debido la pandemia, los 25 años de la inauguración del Auditorio de Murcia, obra de José María García de Paredes e Ignacio García Pedrosa, inaugurado en 1995 con un inolvidable concierto dirigido por Sergiu Celebidache en el que la música de Mozart llenó la sala con la aprobación del exigente director. Las personas dieron escala a los vestíbulos y espacios interiores, llegando desde los nuevos accesos a través de las huertas del margen del rio Segura.

Sin embargo, en la celebración de 2022, el concierto fue muy otro, música electrónica del joven compositor Lucas Vidal y los asistentes no sólo pudieron reencontrarse en los vestíbulos, sino también en los espacios exteriores y en el CENTRO DE CONGRESOS, obra de Paredes Pedrosa en el que confluyen exteriores e interiores y que configura un recinto de naves y patios en un jardín habitado en el que una exposición conmemorativa recogía momentos de su historia en un entorno urbano y paisajístico ya consolidado entre las huertas originarias.

Descripción. El Centro de Congresos completa el programa de usos del Auditorio de Murcia, cuya rotunda geometría triangular no permitía un adosamiento físico. Sin embargo, el clima y el carácter de zona verde del área permitían una conexión virtual entre ambos edificios a través de un jardín, prolongación de las huertas, configurando entre ambos un espacio para el encuentro y una relación visual permanente entre ambos.

Así, el entonces nuevo edificio se planteó autónomo e independiente del Auditorio, pero usa sus materiales y gama cromática potenciando los espacios abiertos como extensión a ambos edificios. Tras veinte años desde su construcción y un uso intensivo complementario al uso musical del Auditorio, sus salas han acogido congresos, exposiciones, eventos, celebraciones… la última la del 25+1 aniversario del Auditorio, cuando el espacio abierto y verde entre ellos recuperó vida y uso.

El edificio, se organiza en una serie de naves paralelas unidas por patios de luz. Las salas diáfanas de exposiciones, continuas y de diferentes alturas, se relacionan a través de los patios, tejiendo hasta confundirse, espacios abiertos y cerrados. La orientación en su interior se consigue con la visión constante hacia el exterior, hacia Auditorio y hacia el paisaje. Como en la arquitectura tradicional, los patios se conciben como expresión de calma y concentración, determinando la relación entre las personas. Exterior e interior se confunden a través del reflejo de los cerramientos de vidrio. De esta forma las salas se suceden en un recinto abierto y luminoso, entre patios, en el que su dimensionado permite controlar la entrada directa de sol en una continua transparencia.

Las salas, con un uso flexible para grandes exposiciones, congresos, comedores de distintas capacidades, permiten la comunicación entre ellas y con un gran interior único. Los patios se configuran en este espacio multipolar como ampliación de los interiores y se usan junto a los espacios cerrados como espacios continuos y en continuidad con el exterior.

El acceso para grandes materiales se produce a través de un patio con acceso de camiones desde la Avenida del rio Segura La autonomía formal del nuevo edificio respecto del edificio principal hace referencia a éste en la piedra dorada que plementa los volúmenes de hormigón visto gris de las naves. En ellos se abren los huecos de escala indefinida de los patios.

En el interior la unidad de tratamiento de vestíbulos, salas y galerías, de hormigón continuo en suelos, paneles de okume y techos de metal estirado, define un carácter casi industrial y configura un espacio de voluntaria austeridad.