Edificio de viviendas Mañé i Flaquer

La construcción destinada a las viviendas se acomoda de forma discreta al entorno urbano en que se inserta, es decir, el casco antiguo de Sarriá, con un lenguaje mínimo y sutil. La composición de la estrecha fachada toma como base de salida por el diseño la supresión de los voladizos, que por ordenanzas podrían edificarse, pero que por voluntad de los promotores y técnicos se renunció a ejecutarlas y dio lugar a la fachada plana, que se mostró como apoyo eficaz para la composición general en calles estrechas y de cascos antiguos.

La renuncia a cuerpos salientes asegura la continuidad de los planes de fachada con las edificaciones vecinas y responde a la problemática de las calles estrechas, evitando el enfrentamiento de fachadas y de sus aperturas, dando intimidad a los programas familiares. En la concepción unitaria de la fachada, cada elemento se individualiza, encajando en lo que van de la obra, tomando como referencia la imagen de las fachadas de los interiores de parcela... galerías acristaladas, sobrepuestas como piel a las estructuras de las fachadas, que resuelven espacios de tráfico interior/exterior.

Ambos paramentos, el interior de parcela y el de la calle, se diseñan como doble piel, formando una cámara de aire intermedia entre el interior de las viviendas y el exterior. El paramento interior es acristalado y el exterior, enrasado con la fachada, es de perfilaría metálica, respondiendo, al mismo tiempo, a un problema constructivo y a la necesidad de dividir el vano, como referencia en la escala del entorno.

La planta baja se resuelve con un pequeño porche, que facilita la maniobrabilidad del acceso y facilita la entrada independiente de las viviendas y del local, posibilitando por transparencia la visión de la profundidad del patio interior.