Equipamiento de las losas sobre la Ronda del Litoral

Las partes más visibles, o sea, las pérgolas, el frontón, las pistas de tenis y los edificios se adaptan a las directrices del río. Las jardineras escalonadas y las escalinatas de acceso son paralelas a la trama urbana, mientras que la distancia variable entre pilares de soporte de las losas se adapta al trazado del cinturón. Las losas quedan abiertas por el lado del río para iluminar el cinturón. Están perforadas con una secuencia de aberturas que, además de la iluminación natural, dejan pasar las grandes palmeras del paseo superior. El conjunto puede interpretarse como una fachada de la ciudad o como frente fluvial, con dos puntos de referencia urbana que son las pérgolas y un gran paseo mirador o balcón al río. La cubierta de las pérgolas está tratada como un umbráculo de grandes dimensiones. Tiene dos láminas superpuestas, la superior, prácticamente horizontal, es una celosía de pasamanos que matiza el paso del sol. La inferior, curvada hacia el rio y hacia la ciudad, asegura la impermeabilidad.

Las aguas se recogen en forma de cascada en el interior a través de un gran canalón que también actúa como soporte de los focos de iluminación. La superposición de dos láminas hace de difusor de la luz, como si se tratase de una nube, y consigue calidades variables según los diferentes ángulos. Las cerchas se sitúan entre las dos láminas. La inferior va apoyada sobre los cordones inferiores tapando la estructura y queda separada de los pilares. Por este motivo parece que flote contribuyendo de este modo a la ligereza del aspecto general. Es un modelo de pérgola-umbráculo que podría utilizarse para proteger los espacios públicos en climas cálidos y obtener así iluminación cenital y control solar.