Javier Terrados Cepeda

Así que, respaldado por el Premio Fin de Carrera al primero de la promoción, y por la posibilidad de elegir Departamento en las - aun escasas - convocatorias de profesorado asociado de la Escuela empecé mi vida profesional como docente un poco antes de la de arquitecto en ejercicio. Y al año siguiente, como si la búsqueda de unas esencias todavía esquivas no fuera aún suficiente, renuncié a la plaza recién conseguida y a los incipientes encargos para, amparado por una trabajada beca de la Universidad de Cornell en Nueva York, realizar una estancia de un año en las aulas del Master of Architectural Design neoyorquino.

A la vuelta, Andalucía bullía con un pujante gobierno regional dadivoso en concursos y encargos de arquitectura pública, que se mostraban más apetecibles que la natural progresión en el doctorado y en la carrera docente. Así que durante unos diez años, la compaginación entre una docencia a tiempo parcial y la construcción de una trayectoria profesional (de vivienda pública, arquitectura docente, centros de salud, vivienda unifamiliar y algunas incursiones en el diseño de espacios públicos y arquitectura efímera) llenaron las febriles semanas a las que la arquitectura invita, a la vez que goteaban los estímulos y los reclamos en forma de premios provinciales (Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba y Jaén), alguno nacional (como el Premio Nacional a la Vivienda de Promoción Pública), y alguno internacional (como la mención del Premio Internacional Ugo Rivolta) de arquitectura construida, junto con algunas invitaciones a la docencia puntual en Universidades nacionales (Madrid, Valencia, Barcelona, Málaga, Granada...) e internacionales (Londres, Panamá, Nancy...).

Los primeros años del segundo milenio fueron los de la reanudación del progreso en la carrera docente y el inicio del inevitable doctorado, que podría calificarse de "maduro", ya que no se inició hasta que la propia actividad de arquitecto en ejercicio generó un interés particular (derivado de las sugerencias de algunas obras residenciales) en los interrogantes de la vivienda como posible objeto ligero, industrializado y eficiente.

Un interés al que se sumó una singular ambición: proponer una tesis doctoral no "escrita" sino "construida". El resultado final sería un prototipo realmente materializado a través de la consecución de una subvención a la investigación conseguida en convocatoria competitiva. Se trataba del Prototipo Arkit de vivienda industrializada eficiente para temporeros, basado en el sistema patentado denominado "kit de muebles", producto específico de la tesis doctoral y probablemente un factor relevante en la distinción de la tesis con el Premio IUACC a la mejor tesis doctoral en el campo de la arquitectura y el urbanismo del bienio 2010-11.

El consecuente acceso a la categoría de Profesor Titular del Departamento de Proyectos de la Escuela de Sevilla, que se mantiene hasta la actualidad en la modalidad de tiempo parcial no redujo el compromiso con el ejercicio de la profesión y la producción de la arquitectura, en los que, estos años, he creído detectar algunos temas recurrentes de trabajo, que podrían enumerarse como sigue:

- La atención a la investigación de los espacios intermedios en la vivienda: los espacios del habitar colectivo, que tratan de encontrar una escala y un disfrute adecuado incluso en los casos de mayor precariedad de medios.

- Las relaciones entre el espacio arquitectónico y los sistemas estructurales de la escala doméstica y del pequeño equipamiento.

- Las relaciones entre el pequeño equipamiento urbano y el espacio público: las hibridaciones entre la secuencia urbana y la secuencia espacial interior a los edificios.

- La vivienda ligera, desmontable, transformable, asociada a los conceptos de eficiencia energética y sostenibilidad material.

- La arquitectura efímera, la arquitectura del evento. El espacio público como ámbito amueblado y compartido.

- La arquitectura docente como primera expresión institucional.