Thematic

Por los márgenes

Itinerary

Cuando comenzamos a estudiar arquitectura en Donostia, en la Universidad del País Vasco, aquellos años 90 estaban empapados de una resaca pos-moderna que proyectaba imágenes borrosas y generaban mucho ruido. Poco tenía que ver lo que ocurría en la esfera académica de la  arquitectura con lo que atravesaba el mundo del arte. Buen ejemplo de lo que quiero decir lo encontrábamos, entonces, en Arteleku. Arteleku fue un espacio de producción y pensamiento contemporáneo que alojó infinidad de proyectos y articuló el trabajo de gran parte de los artistas vascos de esa generación posterior a la ya reconocida “nueva” escultura vasca. Cuando Arteleku se convirtió en un centro de discusión y pensamiento, apostó también por la necesidad de hablar de territorio, ciudad y arquitectura.

Eran malos momentos para el aprendizaje, pero excelentes para la crítica. En cambio, mientras la universidad ocupaba un espacio central en la ciudad, Arteleku estaba en una posición al margen. Aquellos años supusieron un desplazamiento constante entre la ciudad y los márgenes, entre la escuela y Arteleku. Rescato esto de mi memoria, porque habitualmente se cuenta la arquitectura desde formalizaciones que brillan en los centros de las ciudades. En cambio, existen arquitecturas al margen, quizás marginales o arquitecturas menores, que construyen una imagen más clara para lo que quisiera recorrer en nuestro viaje: un itinerario de construcción de paisajes y arquitecturas que conforman un mosaico en configuración permanente. Un viaje sin mapas que relaciona diferentes intervenciones y arquitecturas que juegan a ser paisaje.

Itinerary curated by

Ibon Salaberria

Ibon Salaberria es arquitecto por la Universidad del Pais Vasco y comparte su experiencia como profesor asociado en la ETSA de San Sebastián. Su trabajo como arquitecto atraviesa diferentes campos estéticos así como la colaboración, la agencia y la construcción de arquitectura que practica desde la plataforma “beSTe arkitektura agentzia bat” (www.beste.eus)

Means of transport

Bicycle
Vehicle
Ikastola de Hondarribia - Giuliano Mezzacasa

Vaya como recuerdo a Miguel Garai, recientemente fallecido, el arranque de estas visitas. Sus últimos trabajos, la ampliación de Arteleku en 2001 entre otros (ya en el estudio BGM),  poco tienen que ver con lo que vamos a ver. En cambio, creo que muestra a la perfección la velocidad a la que cambiaron las maneras de pensar -formalizar- la arquitectura y el paisaje desde entonces. Me refiero a la Ikastola de Hondarribia que Garai y José Ignacio Linazasoro realizan en 1974. Ambos, recién titulados, insertan un “monumento” en el paisaje de Hondarribia, en los márgenes del municipio. La ikastola construye un recinto que, desde una postura intencionada de arquitectura anónima, basada en la repetición, construye una nueva dimensión dentro del paisaje que lo rodea.

Giuliano Mezzacasa. Monumento funerario. Oiartzun, 1977
Giuliano Mezzacasa. Monumento funerario. Oiartzun, 1977 - Archivo Peña Ganchegui

Recordemos, que al mismo tiempo, en el cementerio de Oiartzun, muy cerca de Hondarribia, Luis Peña Ganchegui diseña un Monumento funerario erigido en memoria de los muertos en defensa de Euskadi durante el año 1936. La imagen nos muestra un frontón “horadado”. Una imagen reconocible en la cultura vasca que, en cambio, recorta su frontis para ver, atrapar, el paisaje que se extiende más allá del recinto del cementerio. Continuamos viendo aquí contundentes recintos, tan monumentales como el frontón que, en cambio, utilizan nuevos códigos culturales para crear una nueva relación con el paisaje a través de gestos arquitectónicos que, por entonces, insinuaban una nueva posición estética y/o política.

El pueblo que vio nacer a Luis Peña, Oñati, acoge uno de los ejemplos más complejos de reconstrucción de un paisaje atravesado por muchas -o todas- las dificultades de intentar modificar las miradas más conservadoras: el Santuario de Arantzazu. Luis Laorga y Francisco Javier Sáenz Oiza ganaron el concurso en 1951 con un proyecto más cercano al tradicionalismo que a la modernidad entrante.

Santuario de Arantzazu. Fachada lateral
Santuario de Arantzazu. Fachada lateral - COAM (1950). Arquitectura, Revista del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (nº 107), pp.469-473
Santuario de Arantzazu. Sección longitudinal
Santuario de Arantzazu. Sección longitudinal - COAM (1950). Arquitectura, Revista del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (nº 107), pp.469-473

En los cinco años siguientes en los que transcurre la construcción de la basílica, ésta va tomando un aspecto más acorde con los cambios que ocurrían de manera acelerada.

Desde aquel inicio, son bien conocidas las condiciones y decisiones que convirtieron el proyecto de Arantzazu en una especie de camino tortuoso hacia una nueva modernidad; desde  los apóstoles de Jorge Oteiza tumbados en el arcén de la carretera durante años, hasta las últimas intervenciones pictóricas de Nestor Basterretxea, que, después de infinidad de bocetos y misteriosos borrados, en 1984 consigue culminar las pinturas en la cripta de la basílica.

El santuario, en construcción - Santuario de Nuestra Señora de Arantzazu

Estas tres primeras visitas pueden constituir una manera de imaginar un posible paisaje que durante las tres décadas que las atraviesan muestran los profundos cambios ocurridos y cómo la relación entre cultura y naturaleza, sin complejos, aborda el trabajo de mostrar nuevos códigos o nuevas formas de representación.

Continuamos el recorrido recogiendo la idea de paisajes donde operan nuevos códigos, citando una obra que ya no podemos visitar. Muy cerca del Santuario de Arantzazu, entre los riscos que rodean el paisaje de la basílica, Ibon Aranberri intervino en la entrada de una cueva; una cueva, por otro lado, bien documentada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi por su interés científico e histórico. Ibon trazó un cierre en la entrada de la cueva de manera temporal. Una especie de delgada línea de chapa negra que vetaba el acceso a las personas. Estamos en 2003, y el proyecto de Aranberri propone construir nuevos significados de relación entre el paisaje y algunos símbolos culturales establecidos.

Zuloa
Zuloa - Ibon Aranberri

Muy lejos de la pretendida representación que, en la arquitectura de la basílica, los arquitectos otorgan a la cultura vasca, agreste y/o recia, la pieza de Ibon Aranberri habla, sin narraciones complejas o descriptivas, de la manera en la que intervenimos en el paisaje desde el deseo de volver a codificar ciertas relaciones y experiencias.

La pieza descansa ahora, desmontada, apilada, en forma de rastro arqueológico, en el museo de Bellas Artes de Bilbao. Museo que, por otro lado, emprende ahora una segunda ampliación a cargo de Norman Foster y Luis María Uriarte. Un formato de arquitectura que poco tiene que ver con las que aquí queremos visitar.

Por eso mismo, huiremos una vez más de la ciudad e iremos cerca de Bilbao, hasta Sondika, para visitar la escuela infantil que en la década de los 90 construye Eduardo Arroyo. En aquel momento, se le llegó a otorgar al proyecto la representatividad de la arquitectura que venía a mostrar la tolerancia y los nuevos aires que necesitaba Euskadi en comparación con el “totalitarismo” que, según algunos críticos, suponía la búsqueda de nuevos lenguajes que 20 años antes habían practicado Linazasoro y Garai en la ikastola de Hondarribia. La crítica intentaba hacer malabares para aupar el nuevo estilo procedente de la arquitectura europea más en boga en contraposición a los ejercicios realizados 20 años antes.

Escuela infantil Sondika en el Colegio VIzcaya
Escuela infantil Sondika en el Colegio VIzcaya - Cesar San Millan

Más allá de etiquetas y lecturas intencionadas, creo ahora que los dos proyectos “agitados juntos” darían un buen ejemplo de arquitectura sin un estilo determinado. Hemos pasado del recinto monumental a la cubierta que atrapa el paisaje. Una arquitectura con intención de enraizar, y otra intencionadamente desligada de la idea de raíces o contextos.

Desde Sondika a Larrabetzu nos separan 15 kilometros. Aquí, pegado al edificio consistorial del pueblo, el estudio Behark construye recientemente un cobijo, un espacio cubierto con gran tradición en las plazas de los pueblos.

Edificio público Aterpe en Larrabetzu - Mikel Ibarluzea

Behark recoge una materialidad reconocible para responder con un edificio público donde el pórtico desaparece en un entramado de madera que relaciona el cobijo con la “herriko plaza”, la plaza del pueblo y su paisaje tradicional, agitado en este caso. Behark acepta, sin complejos, la materialidad de cercanía, piedra y madera, para construir un espacio que ofrece una nueva manera de pensar el paisaje rural-urbano edificado.

Una estrategia similar encontramos en la Herriko Plaza de Mallabia. AZAB fue un encuentro temporal de los estudios Acha-Zaballa y Bear. En 2017, construyeron una cubierta que introducía una nueva escala en la plaza de Mallabia.

La Herriko Plaza en Mallabia
La Herriko Plaza en Mallabia - Luis Díaz Díaz
Luis Díaz Díaz
Luis Díaz Díaz

Una vez más, los materiales elegidos son totalmente reconocibles con ciertas tradiciones. No se trata tanto de cuestionar la materialidad de la arquitectura sino más bien de construir nuevos relatos a través de ella. Los arquitectos mismos son los que, cuando cuentan el proyecto, se posicionan de manera crítica en cuanto a lo que la globalización ha resultado como pérdida de valores contextuales y sociales.

Siguen siendo edificios e intervenciones pequeñas, casi todas al margen, que muestran una capacidad de enseñar y desplegar nuevos discursos y relaciones con el paisaje -casi- tomando formato de manifiesto.

En Aulesti, también en 2017, ELE arkitektura da forma a un pabellón equino donde la sofisticación gravita más en la manera en la que los materiales industrializados son dispuestos y se apoyan entre ellos para hablar de una nueva manera de entender las arquitecturas productivas en el paisaje. El pabellón de ELE viene a cuestionar la arquitectura de los habituales pabellones ganaderos o agrícolas que encontramos en las laderas de Euskadi.

Pabellón equino en Aulesti - ELE Arkitektura

Volvamos hacia Gipuzkoa. En el camino, en el paisaje de costa, recordaremos dos fantasmas. Uno de ellos lo veremos, el otro es invisible a los ojos. Me refiero a las centrales nucleares que en la década de los 70 preveía el proyecto nuclear franquista. La propuesta incluía tres emplazamientos, tres centrales: Lemoiz, Ispaster y Deba. En Lemoiz se llegó a construir la central, aunque nunca llegó a funcionar. Es, precisamente aquí en 2001, donde reaparece Nestor Basterretxea, que enfundado en traje de arquitecto propone realizar una gran escultura en forma de cascarón que envolvería la central nuclear. El proyecto de Basterretxea tiene gran interés por anacrónico, en el sentido en el que el pensador contemporáneo se retrata como tal, tanto en sus deseos como en sus referencias.

Continuamos por la costa, atravesando Deba, donde aunque la central nunca se construyó, dejó un rastro o cascarón invisible en forma de expropiaciones que, hoy, muestran una paisaje bucólico, falsamente idílico.

Atravesamos Donostia, sin parar en ella, para llegar hasta Errenteria, uno de esos municipios que existe para que Donostia siga existiendo tal y como la conocemos. El rápido crecimiento de estas poblaciones, debidas a la demanda de mano de obra y unidas a una orografía compleja -un paisaje vertical, como diría el amigo y fotógrafo Asier Larraza- fueron construyendo trozos urbanos en ladera donde la vivienda obrera tomaba sitio de manera funambulesca.

Aquí es donde podemos encontrar varios proyectos de Vaumm. Los proyectos de Vaumm en Errenteria muestran a la perfección la dificultad de intervenir en los paisajes alterados que encontramos. Más que simples soluciones a demandas urbanas, los proyectos ofrecen nuevas lecturas, aún más complejas, de lugares que ya habían tirado la toalla, si se me permite la expresión.

Ascensor en el barrio de Alaberga, obra de Vaumm
Ascensor en el barrio de Alaberga, obra de Vaumm - Aitor Estévez

En el barrio de Alaberga  realizan unas conexiones verticales entre las diferentes cotas del territorio atravesando un parque. El parque queda momentáneamente fijado en las paredes brillantes de los ascensores. Un juego material que nos devuelve imágenes a partir de la mirada de cada uno. La arquitectura y el paisaje son, en este caso, algo más de lo que se esperaba de ellas.

Desde Errenteria tomamos la carretera que nos dirige hacia Navarra, haciendo una breve parada en Bera de Bidasoa. Paramos para ver los trabajos de Mugara, estudio de arquitectura de Ander Rodriguez. La decisión de trabajar desde Bera de Bidasoa es la que creo que destila una posición combativa frente a realidades basadas en simplismos, estilismos o etiquetas. Sus trabajos van desde pabellones ganaderos a espacios deportivos. Ander, sabiendo desde dónde y, sobre todo, dónde trabaja, evita enseñar sus materiales, más bien, los funde en propuestas que tienen más que ver con los contextos en los que trabaja.

Espacio deportivo Matzada, obra de MUGARA
Espacio deportivo Matzada, obra de MUGARA - Andres Flajszer
Cobertizo ganadero, de MUGARA
Cobertizo ganadero, de MUGARA - Aitor Estevez

Siguiendo la carretera que nos lleva hasta Pamplona, nos desviaremos y terminaremos este viaje, este itinerario. Lo siento, el edificio de Irurtzun que quería mostraros ya no existe. Lo tenemos que imaginar construido en el año 1974, exactamente en el mismo momento donde iniciamos este viaje en Hondarribia.

La desaparecida discoteca de Irurzun
La desaparecida discoteca de Irurzun - Francisco Javier Biurrun

Salvando las distancias, podemos encontrar cierta similitud en cuanto a su composición por repetición de una estructura que Patxi Biurrun, en este caso, construye desnuda. En el borde del municipio, aún sin urbanizar, sin calle, el arquitecto suma  una nueva geografía intricada en el paisaje. Una geografía rotunda, repetitiva y cruda. Resuenan en las fotografías del edificio “Rebel rebel” de David Bowie o “It´s only Rock n´roll” de los Stones. Aunque también imagino superpuesto el sonido del pandero de Maurizia no muy lejos en alguna romería. Sonido, arquitectura y paisaje que una vez más imagino agitados juntos para recibir nuevas formas de  relación con el paisaje a través de la arquitectura.

Quedan muchas voces y paisajes al margen que también hubiera querido visitar pero me falta tiempo y espacio en el texto. El mosaico no ha hecho más que comenzar a mostrarse a través de las arquitecturas visitadas. Para mí suponen nuevas lecturas que tienen que ver con las inquietudes actuales -arcaicas al mismo tiempo- o, solamente, comparten  la idea de una naturaleza imposible.

Location

Ikastola de Hondarribia 66813d66-e44c-420f-9da2-d0cd349b649e Built False Monumento funerario Oiartzun 9c467fa8-b8f8-41b5-beef-4c3bdedbbd06 Built False Santuario de Nuestra Señora de Arantzazu 40e2f7e2-ea68-475d-8dca-ad53ea05d02b Built False Sondika Infant School in the Vizcaya School ed0eb403-8236-44b9-9e89-245574292d57 Built False Edificio público Aterpe en Larrabetzu f28f253b-d6f3-41f1-89f3-fac2d73cad72 Built False Herriko Plaza b571716e-fdac-43b5-bfd6-06264b0b4efd Built False Pabellón equino en Aulesti 316acbee-5858-409a-bf50-034fd5ac8192 Built False Cobertizo ganadero 50bf2b78-5bb3-42c1-9ee8-942eb5f9e5c3 Built False Espacio Deportivo Matzada 84f5b872-2ee8-44d6-a314-23d98f7214b1 Built False Alaberga 65ca80b3-6f9e-4aa3-92c9-22d9c31957ab Built False Discoteca en Irurzun f2783317-536f-4e89-8f64-6956bcab1d42 Built False
Click to activate the map
Built
Temporary
Lost
Not built

Authors

Cookies policy

GNOSS usa cookies, propias y de terceros, con finalidad principalmente técnica y necesaria para prestación de nuestros servicios y mostrarles contenido relevante. Más información en nuestra  política de cookies .

ACEPTA para confirmar que has leído la información y aceptado su instalación. Puedes modificar la configuración de tu navegador.