Ura eta natura

Creemos que la escala del problema responde a una medida geográfica y no urbana. Todo planteamiento para transformar Irún en una ciudad adaptable ha de ser entendido como un proyecto de restructuración territorial. Bajo una lectura territorial, advertimos la potencia de su entorno natural y una claridad de su desarrollo en relación a su geografía. Sin embargo, el paisaje no forma parte de su vida urbana, ni de su identidad.

Antes de nada, debemos hacer una lectura rigurosa de las condiciones geográficas de la ciudad y comprender las lógicas naturales de su entorno. El recorrido del agua nos muestra unas directrices muy claras para diseñar la nueva estructura. El trazado de las rías desemboca en el valle donde se encuentra la infraestructura ferroviaria. Se entrevé que infraestructura y paisaje no serán incompatibles. Para plantear esta nueva estructura es clave entender que un paisaje no estará nunca acabado, como sistema vivo cambiará, crecerá y menguará.

Identificamos tres “verdes”: Vacíos urbanos, Vacíos periurbanos y Anillo verde territorial. Estos definen la relación actual con la naturaleza y, junto con la lógica de recorrido del agua, dotan a la ciudad de una estructura a partir de la cual crecer o retraerse. La nueva estructura prioriza la consolidación del parque de equipamientos y espacios públicos. Estos pasan a formar parte del nuevo paisaje, no tan solo contemplativo, también instrumental y productivo.

La nueva estructura acepta la trama urbana preexistente y ordena la movilidad: prioriza la movilidad peatonal, en bici y el transporte público en las arterias radiales y de relación directa con la naturaleza. El paisaje resultante es una estructura que permite un libre desarrollo de la ciudad sólo determinado por la relación de esta con su entorno. Teniendo en cuenta siempre una visión geográfica, proponemos el planeamiento del ámbito de actuación, como esa primera pieza de intervención dentro de la totalidad del proyecto de estructuración territorial.

La propuesta carece de sentido si no planteamos una manera de mediar la relación entre entorno y sociedad en todas las escalas. Con este propósito, diseñamos una matriz base para gestionar el nuevo planeamiento a partir de siete parámetros de ecosistema para una ciudad adaptable y sostenible, sus posibles acciones para garantizar un primer funcionamiento de ciclos de gestión y ejemplos de materialización de la propuesta que trabajan con los elementos autóctonos de lugar.