140 viviendas en El Entrego

El barrio proyectado se ordena a partir de sí mismo, de sus propias leyes, y se sitúa en el vacío, solar del proyecto. La implantación, la distribución de viales de acceso al barrio a partir de un eje o calle principal, se adapta al entorno (retranqueándose, dejando espacios-plazas, teniendo en cuenta el río, el tren...), pero no adopta la escasa organización urbanística de este. Es un barrio con entidad en sí mismo, para una comunidad diferenciada.

Vivienda que se ha de adaptar a un modo de vida, vivienda para chabolistas, económicamente sencilla, simple, repetible... Las viviendas se asientan individualmente sobre el terreno, en contacto con la calle, considerada como espacio de relación de la vecindad. Una trama donde todas las vías están definidas por las casas del barrio propiamente dichas. Las viviendas se repiten perpendicularmente a las calles y están conectadas a ellas a través de patios abiertos: se entiende la vida de esta comunidad como vida de barrio social, no tanto individual, vida en la calle.

Estos patios, espacios de las casas, orientados al sur, y, a la vez, abiertos a los viales de acceso son la base de la formación de calles peatonales, espacios para estar, para vivir: se crea una trama de calles peatonales (interiores de barrio) y viales, en el intento de compaginar la vida de esta gente en el exterior y la protección mínima de los espacios para estar. Los espacios peatonales y el viario se encuentran relacionados en una única unidad estructural, generadora del proyecto.