Centro de Arte Contemporáneo de Córdoba

MEMORIA E INVENCIÓN

La arquitectura siempre se alimenta de imágenes ocultas en nuestra memoria, ideas que en algún momento se aclaran y marcan inesperadamente el inicio de un proyecto. Quizá por ello los ecos de la cultura hispanomusulmana aún presentes en Córdoba han significado, inconscientemente, más que una nota al margen en nuestro proyecto. Ante la homogeneidad que la civilización globalizada parece imponer en todos los contextos, el Centro de Arte Contemporáneo pretende interpretar un carácter occidental diferente, superando los clichés de esa expresión común. Los materiales contribuyen a lograr el carácter de factoría del arte que impregna el proyecto. En el interior, muros y losas de hormigón visto y solados continuos establecen una estructura espacial susceptible de ser transformada individualmente a través de diferentes intervenciones. Una red de infraestructuras eléctricas, digitales, de audio e iluminación facilitan el acceso a múltiples tomas y conexiones en todo el lugar. Al exterior el edificio se expresa por medio de un único material: paneles prefabricados de hormigón con fibra de vidrio —GRC— que a un tiempo revisten fachadas opacas y perforadas, o bien conforman las cubiertas planas o con pendientes variables de las salas. La concepción industrializada del sistema, así como las condiciones de impermeabilización, aislamiento y ligereza del material ayudan a garantizar la precisión y racionalidad de su ejecución, participando a la vez en el concepto combinatorio que rige todo el proyecto.

La fachada al río es la verdadera máscara protagonista del edificio hacia el exterior. Está concebida como una pantalla perforada por huecos poligonales tras los que se alojan lámparas monocromáticas LED. Con un programa informático adecuado, las señales de vídeo generarán imágenes y textos que se reflejarán en la superficie del río y habilitarán instalaciones especialmente concebidas para el lugar.

El edificio será un lugar de encuentro de artistas, visitantes, expertos, investigadores y espectadores, como en un zoco cultural contemporáneo, sin jerarquías espaciales evidentes. Será un centro de creación artística que vinculará estrechamente el espacio arquitectónico del arte con el público: un laboratorio abierto donde la arquitectura pretende fomentar nuevas formas de expresión. Estamos seguros de que el propio edificio, el río Guadalquivir, el presente y el pasado de Córdoba no solo serán una presencia circunstancial, sino que como lo ha sido para nosotros, también inspirarán un diálogo, una coincidencia o quizás un rechazo. Porque, ¿acaso no son todos estos sentimientos los que subyacen en cualquier búsqueda de expresión artística? ÁREA 12.287 m²