Ciudad de la Justicia de Barcelona y Hospitalet de Llobregat

Una nueva Ciudad de la Justicia conjunta mejorará la eficiencia y permitirá que los espacios de trabajo se adapten y absorban la constante transformación del órgano judicial, además de proporcionar espacio de reserva para el crecimiento futuro. Está ubicado en la frontera de las dos ciudades, en una parcela que anteriormente fue un cuartel militar. Se encuentra junto a la Gran Vía, principal vía de acceso al centro de Barcelona desde el sur, y el Carrilet, arteria que conduce a L’Hospitalet. Su posición proporciona una accesibilidad óptima a la ciudad y a las principales rutas metropolitanas tanto en transporte público como privado.

El proyecto descompone el programa masivo en una serie de bloques separados pero interrelacionados en una plaza pública, dando una composición espacial que intenta romper la imagen rígida y monolítica de la justicia. Además, el proyecto intenta equilibrar las relaciones entre los diferentes espacios de trabajo, las zonas públicas y el paisaje. Un grupo de cuatro grandes edificios judiciales está situado alrededor del perímetro de un vestíbulo de enlace. El vestíbulo reúne a las personas al comienzo y al final de su visita judicial en una sala pública central que da a la plaza exterior. Otros cuatro edificios independientes comprenden un edificio de servicios judiciales de L’Hospitalet, un edificio de ciencias forenses y dos edificios comerciales con locales comerciales en planta baja.

Los ocho edificios están concebidos como bloques formalmente restringidos con fachadas “jaula” de carga de hormigón coloreado. Cada edificio tiene un tono de color diferente y contrastado, pero apagado. El edificio del vestíbulo tiene una planta más libre, con profundas losas de hormigón visto y pantallas de malla tejida frente a un acristalamiento sin marco. El proyecto emplea enfoques sostenibles pasivos, apropiados para el entorno mediterráneo, que proporcionan inercia térmica, minimizan la captación solar y ofrecen condiciones confortables a visitantes y trabajadores.

Las ventanas del edificio judicial están encastradas en una fachada de hormigón macizo que brinda solo un 50 % de transparencia. La profundidad de la ventana protege significativamente contra la captación solar, mientras que las condiciones internas se benefician igualmente de una buena iluminación diurna. Todas y cada una de las ventanas son operables y pueden proporcionar ventilación natural al interior. En primavera y otoño, las oficinas y las salas de los tribunales se sirven de refrigeración gratuita para mantener las condiciones de comodidad. El atrio tiene una masa interna expuesta considerable para proporcionar inercia térmica. La fachada acristalada continua está protegida por una malla de acero inoxidable que proporciona una opacidad del 50 %, lo que resulta especialmente importante en la cara oeste expuesta que da a la plaza principal. Más activamente, los tejados de tres de los edificios albergan tanto paneles solares, que proporcionan agua caliente, como células fotovoltaicas, que aportan electricidad a la red local.