Complejo de Tratamiento de Residuos Fórum 2004

Nuestra estrategia para el complejo proyectado parte de una actualización de las técnicas del pintoresquismo, la construcción de nuevas experiencias múltiples e intrincadas en las que los componentes naturales –mar, viento, sol, playa, césped, dunas, montañas, plantaciones– se utilizan como material de construcción y los diferentes componentes artificiales crean accidentes geográficos, articulados por un sistema de circulación y estancia que atraviesa el conjunto y lo vincula con la ciudad, el Mediterráneo y el paisaje industrial preexistente.

El conglomerado resultante es la construcción de un paisaje mestizo que consideramos expresión de la complejidad cultural que hoy exigen las nociones de naturaleza y público. En el punto más alejado del mar, junto a la calle Taulat, la entrada al complejo está creada por un valle que es el resultado de la construcción de una montaña artificial y un rellano.

La montaña protege el complejo del ruido del tráfico de la carretera de circunvalación costera. Su interior contiene varios sistemas técnicos y, al subir hasta arriba, permite contemplar simultáneamente el parque, el mar y la ciudad. El rellano contiene las instalaciones de reciclaje de la antigua incineradora y conecta el conjunto con un único edificio de policarbonato azul que emerge polarizando todas las miradas, materializando una primera capa que filtra la visión industrial más agresiva del parque.

El complejo está construido con una estructura de acero atornillada que crea un gran salón climatizado. Se superpone un sistema de galerías para visitas guiadas. Completa la instalación un edificio de servicios que contiene oficinas, una sala de conferencias sobre medio ambiente y un centro de exposiciones en el que se explica el proceso de producción energética. No solo el programa –asociado al reciclaje y a las nuevas sensibilidades ecológicas–, sino también el diseño constructivo –elementos materiales industriales reciclables, detalles minimizados, techos verdes, autosuficiencia energética y el programa paralelo centro de exposiciones, aula, mirador– convierten el proyecto en una investigación pública sobre la sostenibilidad y su uso político de las infraestructuras.

Se trata de una propuesta singular, un observatorio que a través de su programa industrial, terciario y cultural permite tender puentes entre los contextos cultural y paisajístico, entre lo natural y lo artificial, haciendo comprensible el territorio circundante: un punto privilegiado, el elemento más extrovertido del jardín desde donde la ciudad se mira a sí misma.