Complejo Residencial La Nogalera

Esencialmente, la idea fue trasladar la jardinería al techo de la planta comercial para desarrollar en ella las zonas de esparcimiento, piscinas y minigolf. El restaurante, con misión de club social y lugar de reuniones, tiene acusada presencia en la composición volumétrica. Otras pequeñas zonas de jardín, a nivel de calle, completan el objetivo.

De forma genérica, los comercios fueron revestidos de madera natural para conseguir uniformidad y se ubicaron en planta baja, en los perímetros de cada una de las parcelas y a lo largo de las calles peatonales interiores o galerías cubiertas. Estas galerías cuentan con aireación transversal natural, lograda mediante la separación entre forjados que delimitan los bloques de viviendas y los de jardinera del primer piso, lo que provoca un tiro espontáneo de aire que es muy eficaz. Fue novedad, en edificios de apartamento, la planta técnica creada para instalaciones entre la planta baja y el primer piso.

La zona residencial, con 242 apartamentos, está distribuida en seis edificios, cada uno de ellos con tres accesos: a nivel de jardín, que es el principal; a nivel comercial, o de servicio; y otro en garaje. Se proyectaron grandes superficies de terrazas para cada apartamento, con buen soleamiento. En el proyecto se dio importancia a la ubicación de las cocinas, siendo todas exteriores, con vistas prioritarias. En las fachadas, el blanco de los petos y el fondo oscuro de las terrazas conforman franjas continuas, de colores alternados. En el proyecto original los petos tenían la altura necesaria para la protección de las terrazas, 1,20 m sobre el pavimento, con lo que el efecto plástico era más interesante. Por decisión de la propiedad fueron reducidos en 50 cm, para favorecer las vistas desde el interior, con lo que el proyecto se perjudicó estéticamente.

El problema de la continuidad del casco urbano entonces existente se solucionó con la creación de una calle comercial, flanqueada en uno de sus lados por edificios de dos plantas, tipo andaluz y versión tradicional, buscando una integración en el mismo. En el intermedio se incorporó otro edificio comercial de transición, para no violentar el paso de lo clásico a lo nuevo. El tránsito vehicular se salvó con pasos superiores peatonales, a nivel de primera planta. La línea férrea de FEVE quedó a la espalda, sacándose provecho a su servicio.