Escoleta en Llubí

En este emplazamiento confluyen dos tramas: la agrícola y la urbana. La estructura y la organización del uso dentro de la guardería reconocen estas dos trazas perpendiculares entre sí. La estructura sigue la dirección de las medianeras vecinas, permitiendo una conexión visual entre la calle y el patio trasero. El uso pertenece al orden agrícola. El encuentro de estas dos direcciones conforma la complejidad de este hábitat.

Además, el carácter rural, sus ritmos y su espíritu de aprovechamiento de los recursos disponibles se traduce en la polivalencia de los espacios para que puedan ser utilizados para las actividades cívicas del pueblo, fuera del horario escolar, también en fines de semana y festivos.

El basamento pétreo de la estructura capta la radiación solar los días de invierno, calentando el interior. Encima, una estructura de pilares y bigas laminadas de pino y alerce, y paneles CLT, permite que la escoleta se convierta en un gran porche abierto en verano, cuando el embat, el viento procedente del mar, refresca el interior los días más cálidos.

Esta colaboración entre la inercia térmica de la base y el aislamiento térmico de la cubierta, y entre lógicas estereotómicas y tectónicas mediterráneas, ordena y acompaña la luz del interior de la isla hacia los distintos espacios del edificio.