Jardín reversible en la bahía de Santander

–Para la integración de espacios portuarios e industriales anteriores, transformándolos en ciudad.

–Como acción social, abriendo el espacio a nuevos usos mixtos ciudadanos. Un lugar para el disfrute colectivo.

–Como espacio para la innovación y la industrialización, donde las soluciones constructivas son flotantes, removibles y reversibles a la situación anterior (superficie asfaltada para grandes eventos deportivos) y viceversa.

Se construyó sobre lo construido, sin demoliciones ni residuos y en un plazo de 10 semanas, pavimentos duros. Se fabricaron 445 losas de hormigón armado con acabado texturado de dimensiones tipo 360 x 240 y 360 x 120 cm.

La nueva topografía de pavimentos duros debía conformar una superficie accesible, adaptarse y no modificar la superficie de apoyo existente, ni la recogida de aguas anterior. Las losas, como si fueran esterillas deslizantes, se apoyaron sobre unas vigas-raíl de hormigón armado no adheridas al soporte existente pavimentos blandos.

Las superficies verdes se instalan sobre láminas de drenaje (en continuidad con las de los pavimentos duros) y antiraíces, dando un carácter más naturalista a la intervención.

Se diferencian dos zonas verdes, una de esparcimiento, “playa urbana sin arena”, y un jardín “secreto y mágico”, reinterpretando la estructura del jardín medieval hortus conclusus y el jardín musulmán como espacio de placer y deleite.