Parque de la Marina

Nuestra propuesta fue unificar las zonas verdes alrededor de la riera para que se convirtiera en el gran parque verde de la ciudad. Asimismo, este ámbito estaba destinado por planeamiento a ser una zona de inundación de avenidas de la riera. La riera sigue descubierta a su paso por el parque, que genera unos espacios laterales deprimidos, que en avenidas en las que la riera desborde, actúan como balsas de acumulación y laminación temporal del agua de lluvia.

El proyecto del parque surge como la culminación del corredor verde de la riera, donde se sitúan multitud de usos y programas en él. El sistema de caminos que llegan del norte se diversifica y recorre el parque de manera libre, organizando recorridos alternativos que llevan a cada uno de los ámbitos en que se compone. Estos caminos se clasifican en dos tipos, aquellos que se sitúan a nivel del terreno y aquellos que, mediante modificaciones de la topografía, discurren por cotas más elevadas y se convierten en pasarelas para poder cruzar la riera y las calles colindantes.

Estas modificaciones de la topografía, mediante unas dunas en forma de hoja, permiten generar estos ámbitos diferenciados donde se sitúan los diferentes usos del parque: el anfiteatro natural, la zona de la feria, la zona infantil, el oloretum, la zona de pinar y el pícnic.

El parque es también un ejemplo de sostenibilidad, tanto por el sistema de recogida e infiltración de agua pluvial, como por el concepto y sistema de riego. La recogida de aguas pluviales se realiza mediante un sistema de canales vegetales de gran sección que, aunque tengan pendientes muy suaves, conducen el agua hasta las zonas de inundación previstas. Muy poca de esta agua se envía al sistema de alcantarillado. Esto está encaminado a potenciar al máximo la infiltración del agua de lluvia hacia el subsuelo y el aprovechamiento de esta como riego natural. Por otro lado, el sistema de riego general del parque fue planteado bajo criterios de mínimo gasto hídrico y máximo rendimiento. Todo el parque, incluidas las praderas, se riegan enteramente por goteo, lo que posibilita su uso continuo, favorece la absorción de agua por la tierra, reduce el consumo y hace posible el uso de aguas residuales y de freático.