Restauración de la iglesia de Santiago Apóstol

Una de las primeras intervenciones consistió en la demolición de un muro de ladrillo, de fábrica moderna, que se encontraba en el área de acceso a la nave principal, y que suponía un elemento muy agresivo. La intervención en el interior del templo continuó con el picado del cemento que cubría el suelo de la nave, con el fin de mostrar en enlosado original de sepulcros. Del mismo modo se rejuntaron los sillares del interior del templo, y se procedió a limpiar los revestimientos de cal, guardando en todo momento especial cuidado con aquellas zonas que presentaban pinturas murales, ya que estas también fueron sometidas a un proceso de restauración. El coro, situado a los pies de la nave, se encontraba en un estado tan avanzado de degradación que fue sustituido por uno de nuevo diseño.

Por otro lado, también se actuó en la sacristía y en el área del baptisterio, procediendo a su limpieza y a la recuperación del suelo, donde fue hallado un sarcófago de época medieval. Las cubiertas tanto del pórtico como de la nave y el ábside también fueron intervenidas, restaurándose aquellos elementos que se encontraban en mal estado.

Otra de las actuaciones importantes en el exterior consistió en la consolidación de los contrafuertes que presentaban un desplome apreciable a simple vista, dejándolos perfectamente amarrados. Además, los sillares de la portada fueron limpiados mediante proyección de sílice, y se sustituyeron las carpinterías por láminas traslúcidas de alabastro. La torre fue objeto de una atención especial debido a las graves alteraciones que presentaba, actuándose en profundidad sobre su cubierta y forjados.

Pero, para la parroquia de Santiago, que carecía de luz eléctrica, la intervención ha ido un paso más allá, prestándose gran atención a su iluminación ornamental. Exteriormente se ha optado por luces puntuales que inciden en distintos elementos, facilitando la aproximación nocturna al templo. Al interior, ha sido instalado un novedoso sistema domotizado de secuencia de luces, que permite un amplio control de la iluminación mediante cuatro escenarios programables. En su actual configuración, el primero de los ambientes es el óptimo para el primordial uso litúrgico, proporcionando un máximo de visibilidad. De los otros tres, uno destaca los vestigios románicos del edificio, y los otros dos subrayan elementos puntuales de la fábrica y su decoración. El sencillo manejo de la secuencia de luces permite un control total sobre la misma, pudiéndose destacar los elementos oportunos con la ayuda de un mando a distancia, medio que facilita la visita turística y permite disfrutar de perspectivas inéditas del edificio.