El Villa

Restitución de la fachada: en el estado original, el agujero de entrada de 4,50 m de altura se encontraba cubierto hasta su mitad, con rejas de una antigua extracción de humos y un gran letrero opaco. La propuesta elimina estos elementos, volviendo a la composición original y dignificando el conjunto de la finca.

Accesibilidad: se eliminan los desniveles interiores en el acceso, sustituyéndolos por una pendiente suave, inferior al 4% e imperceptible, que va desde la entrada hasta el inicio de la barra.

Iluminación natural: la restitución de la fachada patrimonial, recortando el cielo-raso original, duplica la entrada de luz desde el acceso. Al final del local se derrocan los cierres del antiguo office y se modifica la distribución de los lavabos para realizar dos grandes aperturas que generan una nueva entrada de luz natural, muy necesaria.

Confort acústico: dada la exigencia acústica de un local de pública concurrencia, se ha revestido el cielo-raso y parte de los laterales con paneles de corcho, material absorbente acústicamente, para evitar la reverberación y reducir la transmisión a los vecinos. Se aprovechan las calidades plásticas del acabado del corcho como motivo decorativo principal del local.

Completados estos criterios esenciales, la estrategia proyectual diferencia dos sectores, dentro de un único espacio. En primer lugar, se proyecta el envoltorio perimetral, formado por los revestimientos de corcho y baldosa, y pavimento y muros con un revestimiento continuo. En segundo lugar, se construye una serie de objetos de obra, con sobras revestidos de loseta de mármol, esparcidos por el local. Con sus geometrías, asearán los usos:

Envoltorio: como hemos comentado anteriormente, el cielo-raso y las paredes se revisten de corcho, elemento que evoca materiales pesqueros, aprovechando su despiece para generar franjas que marcarán un ritmo a lo largo de todo el local y donde se colocarán las bombillas. En este cielo-raso (existente) se practican una serie de agujeros para descongestionar el local y acentuar el ritmo hacia el interior, buscando sensación de iluminación natural cenital. La mayor parte de las paredes cuentan con barras auxiliares de obra, revestidas de baldosa de cartabón blanca/azul y baldosa blanca; los diferentes motivos combinatorios acaban generando murales abstractos que se distribuyen por todo el local y que, otra vez, evocan arabescas andaluzas. Finalmente, un pavimento autonivelado continuo se relaciona con las paredes, dando abstracción al conjunto.

Objetos: dos tabletas auxiliares, el biombo, la valla-mostrador y la mesa. Cada elemento, con sus singularidades, da un carácter diferente en cada zona del local, generando ambientes diferentes para clientes que busquen diferentes maneras de habitarlo. Se diseñan taburetes altos que relacionan el corcho del cielo-raído con el resto del local. Finalmente, se opta por una pica exenta al vestíbulo de los baños, que contrasta con el verde del patio. En conjunto, una serie de elementos que forman parte de los restos de un naufragio ficticio de un gran barco pesquero de mármol.