EUROPAN 4. Finalista. Emplazamiento Mieres

Tres son los lugares desde los que potenciar un cambio de relaciones: la villa, el Pozo Barredo y la Montaña, referente del conjunto urbano. Trabajamos modelando el vacío según relaciones topológicas de implantación de los usos. El proyecto se define en los bordes, conexiones entre herencias y proposición, completando el tapiz urbano mediante un proceso de orden y control de la fuerza latente en el sustrato histórico-territorial.

Tráfico peatonal y rodado se segregan integrando accesos y aparcamientos de superficie en torno a un anillo circulatorio perimetral, para liberar un amplio espacio central de uso peatonal, catalizador de la actividad y de la gradación de la función pública y privada. Este espacio se proyecta como argumento narrativo de cohesión entre trama existente, nueva edificación, arqueología industrial y la escenografía que proporciona la topografía del lugar. Es un soporte diferenciado por ambientes, usos y relaciones con la edificación, en torno al cual se dispone una banda de equipamiento de centralidad: centros de ocio, comercio, cultura...

Esta banda configura la fachada desde el viario principal. En la zona opuesta, en situación de mayor privacidad y relación con el entorno, se localiza el espacio residencial según una geometría basada en relaciones espaciales y medioambientales. Igualmente importante ha sido la incorporación desde el principio del proceso proyectual del concepto de flexibilidad espacial y temporal. Una edificación basada en el control de lo no edificado permite un amplio margen de alteraciones e incidencias en los procesos de gestión y desarrollo.

La capacidad escenográfica de las piezas industriales, de la topografía y de la trama consolidada se ha interpretado como la mejor herencia de una ciudad que busca en una zona devaluada una oportunidad precisa de transformación y desarrollo.