Centro Gallego de Arte Contemporáneo

La gran dificultad en el desarrollo del proyecto se refiere a su inserción en un espacio poco a poco poblado por edificios de muy diferente escala y significado, solo en parte y descriptivamente relacionados. Corresponde al CGAC mediar en estos difíciles vínculos, transformando un cúmulo de edificios y espacios en un tejido coherente que abarca el convento de Santo Domingo, así como el modesto edificio cualquiera, una plaza tanto como un jardín privado.

Los volúmenes considerados y ya descritos con respecto a su despliegue siguen estando definidos por una altura común, correspondiente aproximadamente al acabado de la puerta del convento y de la iglesia de Santo Domingo. Es decir, la relación del CGAC con el convento mantiene su preponderancia en el contexto urbano, sustituyéndose, en cierto modo y en este sentido, por el muro delimitador del respectivo recinto, que desde entonces ha sido demolido.

 Al mismo tiempo, el volumen adoptado es un mediador entre las escalas del convento, el dilema entre las calles Valle-Inclán y As Rodas, y el colegio La Salle, uniendo y aislando entre estos diferentes realces y multiplicando las relaciones de alineación y otras. Los criterios de conservación-transformación defendidos implican especialmente la elección del material de recubrimiento. Se optó por una placa de granito en las superficies exteriores del edificio, variando eventualmente el color de este material, con el fin de permitir una lectura clara de sus cuerpos constituyentes.