Mercado Municipal de Sant Adrià de Besòs

El mercado de Sant Adrià de Besòs está situado en el centro histórico de la ciudad y el derribo del anterior edificio del mercado ofreció una oportunidad única para recuperar el espacio de la antigua Plaza del Mercado. El nuevo mercado pretende ofrecer una plaza cubierta a la ciudad. Así, el edificio se ha diseñado para conseguir una gran continuidad con la ciudad y la sensación de que el espacio público entra en el mercado y capta su vida.

Una vez asumida la decisión de crear una plaza cubierta como idea motriz del proyecto, los esfuerzos se centran en el diseño de la cubierta. Propusimos una cubierta gruesa, lo suficientemente gruesa como para albergar un programa adicional no exigido en el pliego de condiciones del concurso. Este techo/primer piso contiene el supermercado, las oficinas del mercado y un espacio con una cocina incorporada para albergar conferencias y cursos de cocina. Cuatro grandes claraboyas atraviesan este nivel y proporcionan luz natural al mercado, que ocupa la planta baja.

Además, hay dos niveles subterráneos. El superior alberga la zona de carga, los espacios para el almacenamiento y la conservación en frío, los vestuarios y otros espacios auxiliares del mercado, mientras que el inferior alberga un aparcamiento. La concepción del mercado como una plaza cubierta, junto con las grandes luces requeridas para el muelle de carga en el primer nivel subterráneo, fueron tanto el principal reto como la principal oportunidad del proyecto. En la propuesta del concurso, el mercado estaba cubierto por un sistema de cerchas Vierendeel de 4 metros de profundidad que requería muy pocos pilares. El espacio de 4 metros de altura así generado podía ser habitado y en la propuesta del concurso proponíamos una serie de espacios para actividades educativas y de ocio vinculadas a la producción, elaboración y consumo de alimentos.

La decisión del Ayuntamiento de ubicar un supermercado en la primera planta introdujo una nueva serie de retos en el proyecto. Cuatro grandes claraboyas están perforadas en el nivel superior y proporcionan ventilación y luz natural a los pasillos de circulación del mercado de abajo. Estas claraboyas también conectan el mercado con la azotea y contienen los conductos de aire acondicionado. De este modo, el techo del mercado queda completamente libre de elementos de servicio, ya que la iluminación artificial se despliega a lo largo del perímetro de los puestos del mercado.

La estructura, de hormigón armado, negocia diferentes condiciones en cada nivel. En los niveles subterráneos requiere grandes luces para albergar las plazas de aparcamiento y los muelles de carga. En la planta baja, tiene que permitir la organización de los puestos y los movimientos de los clientes y, en el nivel superior, el supermercado. Los lucernarios están equipados con sistemas de control automatizados que reducen considerablemente el consumo de energía y permiten al mercado alcanzar el confort térmico sin necesidad de utilizar sistemas mecánicos de climatización durante varios meses del año.

En todo el diseño se utiliza una paleta de materiales muy reducida y para los acabados solo se han utilizado tres materiales: hormigón, vidrio y madera. Un único material de revestimiento, la madera modificada térmicamente, unifica el nivel superior. Este revestimiento de madera desciende en las fachadas con mayor exposición al sol transformándose en una celosía que protege los productos frescos de la luz solar directa. El encofrado de madera deja su huella en los muros de hormigón, dándoles una textura específica, y anticipa el futuro del revestimiento de madera, ya que acabará volviéndose gris.