Sede Judicial de Antequera

Los parámetros edificatorios limitaban la altura a cinco plantas y una ocupación máxima del 50%. El solar disponible quedaría completado con los edificios de los Cuerpos de Seguridad del Estado, dentro de una trama residencial de reciente Creación y Crecimiento. Un entorno sin referencias de valor impedía tomar en consideración su disposición, más bien, las proporciones del enclave con un frente a la vía principal de ochenta metros y un desnivel de casi dos metros condicionarían la presencia final del edificio. Se pretendía que el edificio, sin renunciar a su representatividad, resultara adecuado a las necesidades funcionales de usuarios y trabajadores, y oportuno en la escala del lugar de implantación.

Un edificio denso y capaz de organizarse en el interior satisfactoriamente, pero a la vez humanizado en su interior, persiguiendo valores sólidos y robustos pero sin olvidar conceptos como transparencia y claridad, todos ellos fundamentos del ejercicio de la propia justicia.

Con tan pocos alicientes iniciales, el dialogo entre lugar y arquitectura quedaba muy reducido. Esta forzada autonomía nos llevó a considerar una arquitectura contenida y compacta, desarrollando un edificio en longitud, en una gran plataforma pública de la que emerge un prisma de gran rotundidad como torre de juzgados.