Viviendas Sociales 1737

HARQUITECTES (1)

La ordenación volumétrica del proyecto fomenta la continuidad biológica y lúdica entre la sierra de les Ferreres y el Parque Agrícola del Llobregat. Se propone complementar la circulación longitudinal con nuevas comunicaciones transversales para acceder más fácilmente al interior de la manzana. Al abrir las esquinas interiores del conjunto se evitan los rincones sin salida donde podrían producirse situaciones de inseguridad. Los edificios se van escalonando y adaptando a la pendiente natural de la parcela. Para lograr crear un jardín con un arbolado frondoso, se sitúa todo el aparcamiento en la proyección en planta del edificio. Únicamente los caminos se pavimentan de manera mínima para llegar a los núcleos de escaleras; el resto son superficies drenantes que gestionan el ciclo del agua y que consolidan una vegetación autóctona de arbustivas, encinas y algarrobos. La materialidad del hormigón se complementa con las ventanas de madera, unos montantes de madera con hiedras y unas persianas enrollables alicantinas.

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Es una parcela con buenas vistas y en un entorno agradable. El edificio se compone mediante un sistema de agregación que potencia al máximo las relaciones entre los espacios habitables y el entorno. Todas las estancias dan al exterior, mirando hacia el paisaje, pero a su vez, como si fuera un gran claustro, esas habitaciones cierran un atrio central donde se concentran los servicios y las circulaciones de las viviendas. Así, todos los espacios disponen de una gran cantidad de luz y ventilación cruzada natural. Se configuran tres anillos continuos, terraza, programa y circulación, para dejar en el interior del atrio los núcleos de comunicación vertical. Las escaleras son muy compactas y sirven a cuatro viviendas por rellano, con lo que en total se logran 136 viviendas. El atrio central es un espacio protegido y ligeramente atemperado que ventila los espacios de las escaleras y que cualifica a las viviendas para dotarlas de un mejor confort.

Adrià Goula
Adrià Goula

Cada vivienda está configurada por una serie de módulos iguales de 10,6 m2, no jerarquizados, que pueden ser utilizados como salón, cocina o habitación. Cada estancia está rodeada de espacios de transición hacia el exterior: en la fachada, hay un balcón corrido de 1,5 m, hacia el atrio, y, casi simétricamente, un espacio corredor actúa como galería, transformando la circulación en un espacio complementario. La planta baja se entiende como un basamento más denso, sin participar directamente del atrio, con tipologías más compactas y convencionales que, siguiendo la misma matriz de espacios, permite resolver los vestíbulos.

Adrià Goula

Se emplea una estructura híbrida de pantallas y forjados de hormigón para separar las viviendas, combinada con pilares apantallados y esbeltos que permiten luces muy cortas y eficientes, a la vez que caracterizan el espacio habitacional.

Adrià Goula
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