Torre de telecomunicaciones en Cádiz

Este sistema de organización espacial permitirá definir una nueva fachada interior del edificio hacia el vacío fuertemente iluminado en el que se establece el basamento de la torre, con lo que se obtiene una nueva fuente de luz antes de encontrar la fachada de la calle Santa M.ª Soledad. El tramo de escalera helicoidal, junto a la base de la torre que alcanza aquí los 12 m de altura, construye un zócalo sesgado dibujando en el espacio el inicio de las pasarelas que, ciñéndose al cilindro de la torre, acceden a la fachada interior del edificio de oficinas. Lejos de la escala de composición conveniente a las plantas de oficinas, una ventana rasgada de gran tamaño permite percibir el arranque de la torre desde el exterior.

Tanto la distribución organizativa del edificio como su composición formal atienden a la presencia de la torre de antenas en su interior. Torre y edificio se interpenetran en las cotas que les son comunes, de manera que han de entenderse en este tramo como un solo organismo arquitectónico para, una vez superada la cota de cubiertas del edificio, la torre emerja afirmando su neta autonomía formal.

El edificio se destina básicamente a oficinas para Telefónica, incorporando a su vez las salas de equipamiento necesarias para el servicio de la torre de antenas. Las oficinas responden al esquema de planta libre, delimitándose solo aquellos recintos destinados a cuadros directivos, servicios, etc., así como todas aquellas funciones que por su carácter específico precisen de un espacio acotado.

En cuanto al tratamiento formal de las fachadas, en la situada al Paseo Marítimo, orientada básicamente al sur, se proponen líneas horizontales de huecos en las plantas intermedias y grandes ventanas rectangulares –con dobles carpinterías enrasadas a un lado y otro del cerramiento– entre las plantas baja y primera. En la última planta, y a modo de balcón acristalado, la fachada se adelanta ligeramente hasta encontrar la pieza semicilíndrica del mirador de esquina. Cornisas de hormigón rematan las líneas de huecos a la altura de los dinteles, actuando de parasoles. En el vértice se sitúa el mirador curvo, pieza acristalada que, al volar sobre el Paseo Marítimo, privilegia las vistas sobre la ciudad histórica. La fachada a la calle Santa M.ª Soledad se presenta como un muro perforado de forma homogénea por huecos de igual tamaño, próximos a la escala más doméstica de dicha calle y solo interrumpidos por la apertura de la gran ventana frente al basamento de la torre.

Dos líneas de intereses confluyen en el diseño de la torre; de una parte, ha de satisfacer tanto los parámetros básicos como las prescripciones técnicas y constructivas específicas de este tipo de construcciones y, de otra, asumir su condición de objeto urbano dada su ubicación en el continuo del entramado de la ciudad. La torre de enlace, con una altura de 114 m, habrá de convertirse en un hito significativo y emblemático en el paisaje urbano de la ciudad. Por ello el proyecto entendía imprescindible intervenir formalmente sobre su primera condición de pieza industrial a fin de obtener una nueva figuración que le permitiese incluirse con decisión y hegemonía, pero a su vez con sensibilidad, en el atractivo conjunto de emergencias de la ciudad de Cádiz.

El prisma recto de base triangular que, a modo de proa, se adosa al tronco de cono permite dotar a la torre de un carácter singular en relación con otras torres de enlace. Se trata de una torre orientada y esta cualidad le permitirá ofrecer una imagen cambiante de sí misma al ser observada desde las distintas perspectivas de la ciudad. Atención especial presta al proyecto al diseño del remate del fuste de hormigón, situado a la cota +82 m. Sobre este nivel se apoya un cuerpo cilíndrico perforado constituido por ocho pilares de sección trapezoidal, de 12 m de altura, atados en su cota superior por una corona circular y revestidos lateralmente por unas planchas metálicas de fundición de aluminio y magnesio. Esta pieza de remate de la torre, transparente y brillante, resuelve con eficacia el tránsito del fuste de hormigón a la torre metálica de antenas, estableciendo un diálogo en el aire con la cúpula dorada de la catedral de Cádiz.

Está incluido en el Inventario de Bienes reconocidos del Patrimonio Histórico andaluz por la Consejería de Cultura, 2009.