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Jean Nouvel
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De las muchas frases que podrían usarse para describir la carrera del arquitecto Jean Nouvel, las más importantes son las que destacan su valiente búsqueda de nuevas ideas y su desafío a las normas aceptadas con el fin de ampliar los límites del campo. Durante más de 30 años, Jean Nouvel ha llevado el discurso y la práctica de la arquitectura a nuevos límites. Su mente inquisitiva y ágil lo impulsa a asumir riesgos en cada uno de sus proyectos, los cuales, con mayor o menor éxito, han ampliado enormemente el vocabulario de la arquitectura contemporánea.
Desde que estableció su estudio en París en la década de 1970, Nouvel se ha presionado a sí mismo, así como a quienes lo rodean, a considerar nuevos enfoques a los problemas arquitectónicos convencionales. No le interesa un enfoque unificado ni tipologías aceptadas. Le gustan las rupturas de escala y forma que trasladan al espectador de una sensibilidad estética a otra. «Me gusta que un proyecto pueda ser diez mil proyectos al mismo tiempo», dice Nouvel.
La manipulación de la luz y de las capas de transparencia y opacidad son temas recurrentes en la obra de Nouvel. Su Institut du Monde Arabe (Instituto del Mundo Árabe), construido en París en 1987, se diseñó con lentes metálicas ajustables incrustadas en su fachada de cristal orientada al sur para controlar la entrada de luz al interior, un giro moderno de la celosía árabe tradicional. Su Tour Sans Fins (Torre sin fin) fue seleccionada como obra ganadora de un concurso celebrado en 1989 para construir un rascacielos en la zona de La Defense, cerca de París. La estructura propuesta de 400 metros, que en aquel momento pretendía ser la torre más alta de Europa, pero su altura no es lo más importante, sino su piel, que cambiaba de materiales a medida que avanzaba hacia arriba —de granito a aluminio, de acero inoxidable a vidrio— volviéndose cada vez más diáfana antes de desaparecer en el cielo. Aquí, al igual que con el KKL Luzern (Centro Cultural y de Conferencias) de 2000 en Lucerna y la Fondation Cartier pour l'art Contemporain (Fundación Cartier para el Arte Contemporáneo) de 1994 en París, la desmaterialización se hace palpable.
Para Nouvel, en arquitectura no existe un «estilo» a priori. Más bien, el contexto, interpretado en el sentido más amplio que incluye cultura, ubicación, programa y cliente, le lleva a desarrollar una estrategia diferente para cada proyecto. El emblemático Teatro Guthrie (2006) de Minneapolis (Minnesota) se fusiona y a la vez contrasta con su entorno. Responde a la ciudad y al cercano río Misisipi, pero también es una expresión de la teatralidad y del mágico mundo del espectáculo.
En su Musée du Quai Branly (Museo Quai Branly) terminado recientemente para la importante colección de arte indígena de África, Oceanía, Asia y América de París, Nouvel diseñó un edificio audaz y poco ortodoxo con espacios inusuales en los que los objetos se exponen y se entienden de nuevas formas. Muchos de los materiales utilizados en los interiores, incluidas las decoraciones de paredes y techos de artistas nativos, aluden a sus países de origen.
Como jurado, reconocemos que la arquitectura es un campo de muchos desafíos y complejidades y que la carrera de un arquitecto no siempre sigue un camino lineal. En el caso de Jean Nouvel, admiramos particularmente el espíritu del viaje —persistencia, imaginación, exuberancia y, sobre todo, un insaciable afán de experimentación creativa— cualidades que abundan en la obra del Premio Pritzker de arquitectura 2008.
+info:
https://www.pritzkerprize.com/laureates/2008