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Wang Shu
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La arquitectura de Wang Shu, galardonado con el Premio Pritzker 2012, abre nuevos horizontes y, al mismo tiempo, resuena con el lugar y la memoria. Sus edificios tienen la capacidad única de evocar el pasado, sin hacer referencias directas a la historia. Wang Shu nació en 1963 y fue educado en China, su arquitectura es ejemplar por su gran sentido de continuidad cultural y tradición revitalizada. En las obras realizadas por la oficina que fundó con su socia y esposa Lu Wenyu, Amateur Architecture Studio, el pasado cobra literalmente nueva vida al explorar la relación entre pasado y presente. La cuestión de la relación adecuada entre presente y pasado es especialmente oportuna, ya que el reciente proceso de urbanización en China invita a debatir si la arquitectura debe anclarse en la tradición o debe mirar solo hacia el futuro. Como ocurre con cualquier gran arquitectura, el trabajo de Wang Shu es capaz de trascender ese debate, produciendo una arquitectura atemporal, profundamente arraigada en su contexto y, sin embargo, universal.
Los edificios de Wang Shu tienen un atributo muy poco común: una presencia imponente e incluso, a veces, monumental, a la vez que funcionan de forma magnífica y crean un entorno tranquilo para la vida y las actividades cotidianas. El Museo de Historia de Ningbo es uno de esos edificios únicos que, si bien es sorprendente en las fotos, resulta aún más sorprendente cuando se disfruta. El museo es un icono urbano, un depósito bien sintonizado para la historia y un escenario donde el visitante es lo más importante. La riqueza de la experiencia espacial, tanto en el exterior como en el interior, es notable. Este edificio encarna fuerza, pragmatismo y emoción, todo en uno.
Wang Shu sabe aceptar los retos de la construcción y utilizarlos en su beneficio. Su enfoque de la construcción es tanto crítico como experimental. Utilizando materiales reciclados, es capaz de enviar varios mensajes sobre el uso cuidadoso de los recursos y el respeto por la tradición y el contexto, así como dar una valoración franca de la tecnología y la calidad de la construcción actual, particularmente en China. Las obras de Wang Shu que utilizan materiales de construcción reciclados, como tejas y ladrillos de muros desmanteladas, crean collages de gran riqueza textural y táctil. Al trabajar en colaboración con obreros de la construcción, el resultado tiene a veces un elemento de imprevisibilidad que, en su caso, da a los edificios frescura y espontaneidad.
A pesar de su edad, joven para un arquitecto, ha demostrado su capacidad para trabajar con éxito a varias escalas. El campus de Xiangshan de la Academia China de las Artes, en Hangzhou, es como una pequeña ciudad que ofrece un entorno para el aprendizaje y la vida de los estudiantes, profesores y personal. Las conexiones exteriores e interiores entre los edificios y los espacios públicos y privados proporcionan un entorno rico donde prevalece el énfasis en la habitabilidad. Asimismo, es capaz de crear edificios de escala íntima, como la pequeña sala de exposiciones o los pabellones insertados en el tejido del centro histórico de Hangzhou. Como toda gran arquitectura, lo hace con la naturalidad de un maestro, haciendo que parezca un ejercicio sin esfuerzo.
Llama a su oficina «Estudio de Arquitectura Amateur», pero el trabajo es el de un virtuoso que domina a la perfección los instrumentos de la arquitectura: forma, escala, material, espacio y luz. El Premio Pritzker de arquitectura 2012 se otorga a Wang Shu por la naturaleza y calidad excepcionales de su obra ejecutada, y también por su compromiso permanente con la búsqueda de una arquitectura sin concesiones, responsable y surgida de un sentido de la cultura y el lugar específicos.
+info:
https://www.pritzkerprize.com/laureates/2012