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Fumihiko Maki
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El japonés Fumihiko Maki es un arquitecto cuya obra es inteligente y artística en concepto y expresión, realizada de forma meticulosa.
Es un modernista que ha fusionado lo mejor de las culturas oriental y occidental para crear una arquitectura que representa las cualidades milenarias de su país natal, al mismo tiempo que yuxtapone métodos de construcción y materiales contemporáneos.
Su primer contacto con la arquitectura moderna fue en el Tokio de los años 30, donde algunos arquitectos pioneros se apartaron de los estilos tradicionales y europeos. Tras graduarse en la Universidad de Tokio, viajó a Estados Unidos para ampliar sus estudios en la Academia de Arte de Cranbrook y en la Escuela Superior de Diseño de la Universidad de Harvard, bajo la tutela de José Luis Sert. Más tarde enseñó en la Universidad de Washington, donde, siendo un joven profesor, diseñó su primera obra construida. Estas primeras experiencias le ayudaron a sentar las bases de un estilo propio que reflejaría su visión cosmopolita del mundo.
Al principio de su carrera, se convirtió en miembro fundador de un grupo vanguardista de jóvenes arquitectos japoneses con talento que se autodenominaban «Metabolistas», una palabra derivada del griego con varios significados: alteración, variación, revolución, siendo la capacidad de cambio y la flexibilidad elementos clave de su punto de su visión. Su objetivo jamás fue diseñar aislado de la estructura de la ciudad en su conjunto.
Maki ha expresado su constante preocupación por las «partes» y el «todo», describiendo uno de sus objetivos como lograr un equilibrio dinámico que a veces incluye masas, volúmenes y materiales a veces contradictorios.
Utiliza la luz de forma magistral, haciéndola tan tangible en cada diseño como lo son las paredes y el tejado. En cada edificio, busca la manera de hacer que la transparencia, la translucidez y la opacidad existan en total armonía. En sus propias palabras: «El detalle es lo que da ritmo y escala a la arquitectura»
Su obra es de una diversidad asombrosa, desde el impresionante Centro de Convenciones de Japón, cerca de Tokio con su cordillera artificial de tejados de acero inoxidable, hasta su anterior y más pequeña Casa de Huéspedes YKK o un pueblo de huérfanos planificado en Polonia.
Las dimensiones de su obra marcan una carrera que ha enriquecido enormemente la arquitectura. Como autor prolífico, además de arquitecto y profesor, Maki contribuye de forma significativa a la comprensión de la profesión.
Maki ha descrito la creación en arquitectura como «descubrimiento, no invención... un acto cultural en respuesta a la imaginación o visión común de la época». Además, cree que «es responsabilidad del arquitecto dejar atrás los edificios que son activos para la cultura».
Se concede el Premio Pritzker de arquitectura 1993 a Fumihiko Maki por la construcción de obras que no solo son expresiones de su tiempo, sino que están destinadas a sobrevivir a las modas.
+info:
https://www.pritzkerprize.com/laureates/1993