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Peter Zumthor
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Peter Zumthor es un maestro arquitecto admirado por sus colegas de todo el mundo por su trabajo enfocado, inflexible y excepcionalmente aplicado. Ha concebido su método de trabajo casi tan cuidadosamente como cada uno de sus proyectos. Desde hace 30 años, reside en el pueblo remoto de Haldenstein en las montañas suizas, alejado del ajetreo de la arquitectura internacional. Allí, junto con un pequeño equipo, crea edificios de gran integridad, ajenos a las modas pasajeras. No acepta la mayoría de los encargos que le llegan, solo acepta aquellos con los que siente una profunda afinidad por su programa, y desde el momento en que los acepta, su dedicación es total, supervisando la realización del proyecto hasta el último detalle.
Sus edificios tienen una presencia dominante, pero demuestran el poder de una intervención acertada, y nos demuestra una y otra vez que la modestia en el enfoque y la audacia en el resultado general no se excluyen mutuamente. La humildad convive con la fuerza. Aunque algunos han calificado su arquitectura de discreta, sus edificios afirman magistralmente su presencia, captando muchos de nuestros sentidos, no solo la vista, sino también el tacto, el oído y el olfato.
Zumthor tiene una gran habilidad para crear lugares que son mucho más que un solo edificio. Su arquitectura expresa respeto por la primacía del lugar, el legado de una cultura local y las valiosas lecciones de la historia de la arquitectura. El Museo Kolumba en Colonia, por ejemplo, no solo es una asombrosa obra contemporánea, sino que también que se adapta perfectamente a sus múltiples capas de historia. Aquí, Zumthor ha creado un edificio que emerge de los restos de una iglesia bombardeada de la forma más naturak y lírica, entrelazando el lugar y la memoria en un palimpsesto totalmente nuevo. Este siempre ha sido el carácter cautivador de la obra de este arquitecto, desde el singular y a la vez universal aliento de fe inscrito en la diminuta capilla del campo del pueblo de Wachendorf, en Alemania, hasta la niebla mineral de los baños termales de Vals, en Suiza. Para él, el papel del arquitecto no es solo construir un objeto fijo, sino también anticipar y coreografiar la experiencia de moverse a través y alrededor de un edificio.
En las hábiles manos de Zumthor, como en las de un artesano consumado, los materiales, desde las tejas de cedro hasta el vidrio arenado, se utilizan de un modo que celebra sus propias cualidades únicas, todo al servicio de una arquitectura de permanencia. La misma visión penetrante y la poesía sutil también son evidentes en sus escritos que, al igual que su conjunto de edificios, han inspirado a generaciones de estudiantes. Ha reafirmado el lugar indispensable de la arquitectura en un mundo frágil al reducirla a lo más esencial y suntuoso, Por todas estas razones, Peter Zumthor es el ganador del Premio Pritzker de arquitectura 2009.
+info:
https://www.pritzkerprize.com/laureates/2009