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Eduardo Souto de Moura
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Durante las tres últimas décadas, el arquitecto portugués Eduardo Souto de Moura ha realizado un conjunto de obras que son de nuestro tiempo, pero también tienen ecos de tradiciones arquitectónicas. Su obra es una prueba convincente del potencial expresivo y la adaptabilidad del lenguaje moderno a las distintas situaciones locales. Siempre consciente del contexto, entendido en su sentido más amplio, y basada en el lugar, el tiempo y la función, la arquitectura de Souto de Moura refuerza el sentido de la historia al tiempo que amplía el abanico de la expresión contemporánea.
Ya en sus primeras obras, realizadas en la década de 1980, Souto de Moura tenía un enfoque coherente que nunca adoptó las tendencias del momento. En aquella época, estaba muy pasado de moda, ya que había desarrollado su camino individual durante el apogeo del posmodernismo. Al mirar atrás hoy, las primeras construcciones pueden parecer normales, pero debemos recordar lo atrevidas que eran en aquel entonces.
La versatilidad de su práctica queda patente en la variedad de encargos que ha asumido con éxito. Es capaz de diseñar desde la escala doméstica hasta la urbana. Muchas de sus primeras obras en la década de 1980 eran viviendas unifamiliares y permanecen entre sus obras fundamentales. Sin embargo, el alcance de su trabajo se ha ampliado: el Estadio Municipal de Braga (Portugal), diseñado en el año 2000, es imponente, monumental y se integra perfectamente en su paisaje impresionante; la Torre Burgo (Portugal), diseñada a principios de los años 1990 y construida una década después, consta de dos edificios contiguos, uno vertical y otro horizontal, de escalas diferentes, que dialogan entre sí y con el paisaje urbano; el Museo Paula Rêgo, terminado en 2008, es un conjunto de volúmenes intercalados entre los árboles de su emplazamiento en Cascais (Portugal), a la vez cívico e íntimo, por lo que resulta apropiado para la exhibición de arte.
En su aparente simplicidad formal, los edificios de Souto de Moura entrelazan referencias complejas a las características de la región, el paisaje, el sitio y la historia arquitectónica más amplia. A menudo, las geometrías simples se subrayan mediante juegos de sólidos y vacíos o de luces y sombras. La restauración y adaptación del Monasterio de Santa Maria Do Bouro en un hotel ha llevado un edificio del rublo a la reinterpretación. Souto de Moura ha creado espacios coherentes con su historia y modernos en su concepción. La eficacia de sus obras suele derivarse de la yuxtaposición de elementos y conceptos. Su capacidad única para abrazar la realidad mientras emplea la abstracción crea un lenguaje arquitectónico que transforma lo físico en metafísico.
Souto de Moura es un arquitecto fascinado por la belleza y la autenticidad de los materiales. Su conocimiento de la construcción y la habilidad con los materiales son siempre visibles en sus edificios. Tiene la confianza necesaria para utilizar piedra milenaria o inspirarse en un detalle moderno de Mies van der Rohe. El uso reflexivo del cobre, la piedra, el hormigón y la madera en el Centro Cultural de Oporto, terminado en 1991, por ejemplo, es un testimonio de su capacidad para combinar materiales de forma expresiva. Al modificar pavimentos, texturas, caminos y espacios públicos para la red de metro de Oporto, ha otorgado un nuevo significado a los espacios públicos. La Casa Número Dos, construida en la ciudad de Bom Jesus (Portugal) en 2007, ha logrado una riqueza poco común a través de las sutiles bandas en el hormigón de sus muros exteriores.
La arquitectura de Eduardo Souto de Moura no es obvia, frívola o pintoresca. Está impregnada de inteligencia y seriedad. Su obra requiere un contacto intenso y no una mirada rápida. Y como la poesía, es capaz de comunicar emocionalmente a quienes se toman el tiempo de escuchar. Sus edificios tienen una capacidad única para transmitir características aparentemente contradictorias: poder y modestia, bravuconería y sutileza, autoridad pública y sensación de intimidad, al mismo tiempo. Por su arquitectura sin esfuerzo, serena y sencilla, y por el cuidado y la poesía que impregnan cada proyecto, Eduardo Souta de Moura recibe el Premio Pritzker de arquitectura 2011.
+info:
https://www.pritzkerprize.com/laureates/2011